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2023, año de la banca: desafíos en el activo y oportunidades en el pasivo

La normalización de los tipos de interés y el previsible final de la desaceleración económica en nuestro país marcan la situación actual de la banca española, que ve en 2023 grandes oportunidades en la gestión del pasivo, principalmente, pero también desafíos en la del activo de los clientes. La fórmula principal para conseguirlo es posicionar al cliente en el centro de la estrategia, ofreciéndole un acompañamiento personalizado en todos los canales de atención, tanto digitales como presenciales.

A estas y otras favorables conclusiones llegaron los invitados al debate Tendencias financieras del sector financiero, todos altos directivos de diferentes entidades bancarias españolas, que tuvo lugar en la sede del periódico elEconomista.es con el apoyo de la consultora financiera, Accuracy.

Tal y como explicó Alberto Valle, director de FSI de Accuracy, los buenos números de 2022 y las favorables previsiones para este ejercicio responden a un arduo trabajo de consolidación del sector durante años, que ha permitido mostrar unos ratios de eficiencia mejores que los europeos. “Se han hecho muy bien los deberes”, concluyó.

Además, otros de los ponentes que participaron en este observatorio coincidieron en que este año se presenta como complejo. Así lo definieron, literalmente, Alberto de Francisco, CFO de Abanca, y Gerardo Artiach, subdirector general y director de relaciones con inversores y rating de Banco Sabadell.

El primero alertó de que hay que manejar con sumo cuidado la subida de los tipos de interés en un entorno todavía muy incierto, algo que apoyó Artiach aun teniendo muy en cuenta la favorable situación actual del sector en España, mejor que la de la Unión Europea, en términos generales, donde los bancos que lo conforman son sólidos y están muy bien preparados.

El análisis respecto a las perspectivas de la evolución del negocio para este año de Alfonso Alfaro, subdirector financiero de Bankinter, también fue en la misma línea: “2023 será un año más de incertidumbre macroeconómica relevante, aunque el aumento de los tipos de interés es positivo. Tenemos que ayudar a los clientes con sus productos de inversión. Es decir, debemos aumentar claramente la actividad comercial”, explicó.

Nos enfrentamos a unos meses con moderado optimismo, pero hay ciertos retos a tener en cuenta: la transformación digital, las nuevas regulaciones o la imagen reputacional son solo algunos de ellos”.

Así de claro lo expresa Valle, al que le secunda el directivo de Abanca, que lo acuña como la ecuación de las dos erres: “Los retos, rentabilidad y reputación. Los retos de rentabilidad y reputación en constante proceso de mejora en un entorno social cada vez más exigente en cuanto a RSC/ESG”.

Doble desafío en el que también coinciden el resto de los ponentes. Alfonso Alfaro, por su parte, apuntó la idea de la doble erre: “La rentabilidad es un reto que se va a cumplir y la reputación está mejorando por el buen servicio al cliente”.

Iker Arteagabeitia, CFO de Kutxabank, además aportó soluciones: “Deben ofrecerse los productos que se necesitan en cada momento, rentabilizando el activo con productos competitivos y mejorando el pasivo con productos de ahorro a largo plazo”. Conforme a la reputación explica que, tratando de evitar los posibles errores cometidos en el pasado y teniendo en cuenta también que es año electoral, si se hacen las cosas bien, en el medio plazo, tendrá su merecido reconocimiento.

La personalización de los servicios de las entidades financieras también se alza como otro de los retos indiscutibles del sector. En un entorno cada vez más digital, los consumidores esperan que las instituciones comprendan sus necesidades y les brinden soluciones de alto valor añadido capaces de competir de tú a tú con la ofrecidas por los actores del sector tecnológico, similares a las que reciben de las fintech y bigtech.

En esta línea, Pablo González, CFO de Unicaja Banco, mencionó que la mejora de la rentabilidad y la reputación pasan por “el perfeccionamiento de la experiencia al cliente, basada en el dato y su calidad -que se consigue a través de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) o la multicanalidad. Además, la exigente regulación del sector bancario, aporta una extraordinaria seguridad a los consumidores, constituyendo esto un factor diferencial frente a otros competidores”.

Igualmente, el big data y la inteligencia artificial está teniendo un gran impacto, permitiendo a las entidades ofrecer productos y servicios adaptados a las necesidades reales de sus clientes y de los potenciales usuarios.

González comentó que la tendencia deberá ser la de mejorar todavía más esa experiencia al cliente omnicanal, permitiendo personalizar al máximo la oferta de valor. De hecho, esto permitirá a los servicios financieros aumentar la fidelidad de los clientes e impulsar la venta cruzada de sus productos de forma mucho más eficaz.

Clave en esta mesa es la posible remuneración de los depósitos. Durante el debate se abordó este tema con una respuesta unánime, “se remunerarán”, señalando que para finales de este año, las entidades prevén un aumento de la remuneración a los depositarios, si bien la situación de liquidez holgada del sistema evitará guerras de precios por la captación del pasivo y por tanto los niveles de tipos de referencia no se traspasarán por completo a dicha remuneración.

La banca y la sostenibilidad

Como ocurre en todos los sectores, la sostenibilidad también tiene un lugar importante en la hoja de ruta de las entidades bancarias de nuestro país. Y en este punto, De Francisco expresa claramente su compromiso explicando que las entidades en su conjunto son la primeras interesadas en una economía más sostenible. Igualmente, el directivo de Abanca aprovechó para reclamar una regulación clara, realista, ordenada y acompasada a las necesidades que verdaderamente ayuden y apoyen este propósito medioambiental tan necesario.

Gerardo Artiach, a favor también del compromiso con el medio ambiente, quiso abordar el asunto desde el punto de vista del usuario y de cómo ayudarlo en este camino. “Es muy importante el acompañamiento de los clientes durante ese riesgo de transición, donde hay a la vez una oportunidad clara”.

Por su lado, Alberto de Francisco también quiso abordar el desafío de la sostenibilidad desde ese cliente final, pero sobre todo desde la pequeña y mediana empresa. “Telefónica y Repsol cuentan con departamentos especializados que saben, incluso más, que los propios bancos, pero a las pymes hay que ayudarlas a entender los retos que tienen por delante. Estamos siendo el apoyo de estas empresas y seremos líderes en Europa también en esto”.

Por su parte, el CFO de Kutxabank afirmó que “en materia medioambiental estamos obteniendo certificados de eficiencia energética del parque histórico de todas las viviendas. De esta manera, si se hace de una manera conjunta (todos los operadores del sector), vamos a incurrir, además, en menos gastos y lo vamos a hacer más rápido. Además, el directivo puso como ejemplo el ya tan popular servicio de pago instantáneo Bizum, que en economías tan avanzadas del mundo como la de la Estados Unidos solo está en fases de prueba.

Otro de los asuntos en el que coincidieron todos los directivos fue el relacionado con el previsible escaso impacto de Basilea IV, el conjunto de nuevas regulaciones de la actividad bancaria en el mundo que ha aprobado, recientemente, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS) y que, en términos generales, modifica, sobre todo, la medición de los riesgos de créditos de mercado y operacionales en el sector bancario.

En este sentido, Iker Arteagabeitia indicó que “El impacto de Basilea IV será más moderado en las entidades españolas que en sus pares europeos como consecuencia de un uso menos agresivo de modelos internos de capital regulatorio”. Sin embargo, De Francisco fue algo más optimista en su intervención. “Basilea IV va a tener la virtud de igualar España con otros países europeos a través de una cierta homogeneización de los consumos de capital de las carteras. El impacto va a ser positivo, pues se avanzará mejor hacia los modelos de riesgo y, por tanto, lo que habrá es una mejora relativa de los ratios de capital (por la densidad de APRs de la banca española, menos dependiente de modelos avanzados).”

Otro de los temas tecnológicos en auge, en estos momentos, no pasó desparcibido. Las potenciales ventajas de las tecnologías blockchain, y el dinero digital basado en ellas, las criptomonedas, serán un reto que debe tratar la banca este año.

Alberto Valle adelantó que el impacto, de momento, a corto plazo, va a ser pequeño, en primer lugar, por la poca educación que tiene el cliente en este tipo de moneda y, en segunda instancia, porque no todas están oficialmente reguladas por el entorno MiCA (por sus siglas en inglés, Markets in Crypto-Assets), es decir, el reglamento europeo relativo a los mercados de criptoactivos. Además, el directivo de Accuracy aprovechó para hablar de los diferentes desarrollos actuales orientados a la creación de nuevas monedas virtuales como, por ejemplo, el euro digital.

Por su parte, el portavoz de Bankinter, de acuerdo también con la escasa incursión de la criptomoneda en el mercado español, no quiso desaprovechar la ocasión para alertar de lo que, a largo plazo, sí será una gran necesidad para la Generación Z, porque además de usar con normalidad cuentas corrientes y tarjetas de crédito, denotan ya un creciente interés en todo lo relativo a las criptodivisas.

Radiografía del sector

Para terminar, el CFO de Abanca quiso hacer hincapié en la situación actual del sector: “Estamos viviendo en una época de aceptables ingresos que podrán tener cierta volatilidad en el futuro. Para ello es indispensable la colaboración entre las entidades bancarias como ya está ocurriendo, para ofrecer productos o servicios competitivos.”

Por su parte, Artiach apuntó que “en este momento, contamos con un sector privado no endeudado y un desempleo normalizado, aunque habrá que vigilar muy de cerca el coste-riesgo”. No obstante, “habrá muchas oportunidades tanto en el activo como en el pasivo en las que acompañar a los clientes, por lo que 2023 será muy positivo con inercias que continuarán, en los próximos años, gracias también a relajación del euribor en el medio plazo”, añadió.

González terminó enorgulleciéndose de la foto fija del sector financiero. “La favorable situación de la banca española nos permitirá a todos salir mejor de la recesión, así como, ofrecer al gran público la excelente oportunidad de la gestión de sus ahorros”, afirmó.

El directivo de Kutxabank indicó que si tuviera que decidirse por un producto de ahorro estrella en 2023, optaría por el fondo de inversión. “En el largo plazo va a conseguir batir la inflación. Su gran ventaja es que puede diversificarse, por ejemplo, asignando una parte a deuda pública y otra a bolsa, ofreciendo así mejor rentabilidad que otros y siendo, por tanto, una mejor opción”.

Además, todos los productos que los bancos españoles ofrecen actualmente no llegarían adecuadamente a los clientes sin la educación financiera que se ofrece, tal y como expresó Valle en su alegato final: “La banca debe tener una clara vocación pedagógica para poder transmitir tanto beneficios como también riesgos para su economía personal”.